Compilación de textos y actividades
Apariencias

Doña Adelaida era una pequeña anciana que vivía en una pequeña casita, en una pequeña ciudad. Caminaba por las calles dando pequeños pasitos con sus zapatos de taco ancho, moviendo el trasero de lado a lado y aferrando su cartera a la altura del busto con una mano y su bastón con la otra. Así avanzaba poquito a poquito hasta alcanzar su destino, que siempre era de su casa a la plaza, de su casa al almacén o de su casa a la carnicería. Una vez al mes, se dirigía hacia la parada del colectivo para trasladarse —decía— a visitar a su hermana, tan anciana como ella.
Todos en el barrio conocían y apreciaban a Doña Adelaida. Siempre con una sonrisa en el rostro surcado de arrugas y un pañuelo estampado envolviendo su lacio cabello gris plata —que, mechoncito a mechoncito, se las ingeniaba para escaparse de su prisión—, regalaba caramelos a los niños que jugaban en la calle, tomaba mate con sus vecinos y alimentaba a los pajaritos del parque. Incluso, cuando realizaban ferias para recaudar fondos, colaboraba poniendo a la venta sus riquísimos buñuelos de manzana, que se vendían en un santiamén.
Así pasaba sus días, alegre y dando alegría.
Un día como cualquier otro, Doña Adelaida entró en su pequeña casita de ladrillos, dejó el bastón a un costado del pequeño recibidor y la cartera en el pequeño perchero. Siguió avanzando con su ondulante andar y la bolsa de la compra en la mano hasta una pequeña puerta de madera oscura. La abrió con una llave que colgaba de una cadena en su cuello y bajó la pequeña escalera que conducía a un pequeño sótano. Allí quitó el pedazo de tela que tapaba la boca y le acercó la botella de agua.
—Doña Adelaida, por favor, no volveré a hacerlo… ¡Se lo juro! —lloriqueó el hombre atado a la silla.
Señor Arbusto
Érase una vez un precioso arbusto que vivía muy tranquilo en el prado. Todos lo llamaban Señor Arbusto. Poblado de radiantes hojas verdes, cada temporada, hacía brotar de sus ramas bellas flores amarillas.
Todos los años, los brujos de la aldea lo revisaban y sentenciaban que gozaba de una excelente salud. Así, el tiempo pasó y el Señor Arbusto creció y creció cada vez más fuerte.
Un día, un brujo con una interminable sotana negra y una larga y curva nariz, declaró que el robusto Señor Arbusto estaba muy enfermo. Le recetó toda clase de medicamentos y tratamientos varios. Día a día, mes a mes, el Señor Arbusto fue perdiendo, una a una, sus áureas flores y, una a una, sus hojas verde esperanza. Sin embargo, el Señor Arbusto no se rindió. Siguió luchando y, cada tanto, de sus ramitas brotaban algunas tímidas hojas verdes.
Una tarde de sol, una niña pasó por su lado. Como se entristeció por verlo enfermo, decidió ir todos los días a visitarlo para charlar con él, regar sus raíces y limpiar sus hojas.
Pronto se dio cuenta de que el Señor Arbusto necesitaba algo más, así que decidió visitar a la anciana que con su sabiduría ayudaba a los habitantes de la aldea. La viejecita la escuchó con paciencia y luego le dijo:
—Tienes que frotar sus hojas con la Piedra de la Querencia. La encontrarás en lo alto de la Colina de los Sueños.
La niña no lo dudó ni un segundo. Juntó todo lo que necesitaba en una mochila y se encaminó en busca de la preciada piedra. La anciana le había anticipado que se toparía con muchos peligros. Ella nunca debía dejarse ganar por el miedo ni perder de vista su objetivo: salvar al Señor Arbusto. Si lograba eso, nada ni nadie lograría impedir el éxito de su misión. Para ayudarla, le entregó algunos objetos que le serían de utilidad.
—Toma este quinqué para que enciendas si te encuentras con el señor Lóbrego, quien intentará envolverte en su manto oscuro. Con confianza y fe en el poder de la luz, en ese momento debes encenderlo y continuar tu camino sin siquiera regalarle una mirada al malvado.
La niña asintió y salió con el quinqué aferrado entre sus brazos.
Cuando ya se encontraba en medio del bosque, comenzó a ver extrañas imágenes a su alrededor: ardillas con cola de zorrino, árboles correteando por doquier, pájaros que maullaban… Primero parpadeó azorada —¿qué estaba sucediendo?—, pero enseguida recordó las palabras de la anciana y supo que solo eran las ensoñaciones que provocaba la Colina de los Sueños a sus visitantes. Siguió andando con paso seguro y el Señor Arbusto siempre presente en su mente.
Casi una hora más tarde, le pareció sentir un leve crujido a su izquierda. Con el corazón haciendo BUM BUM BUM en su pecho, miró de reojo hacia allí. No vio más que una masa oscura que flotaba. ¿El señor Lóbrego? Estuvo a punto de salir corriendo hasta que el recuerdo de las bonitas flores amarillas de su amigo la detuvo. Se acordó del quinqué y lo encendió con la certeza de que nada malo sucedería ya. Al poco tiempo, divisó el castillo en donde reposaba la Piedra de la Querencia…
Una vez de regreso en la aldea, corrió hacia el prado para finalizar con las indicaciones de la sabia anciana. Tomó la piedra, tan brillante como el sol, y acarició las hojitas del Señor Arbusto. Cada vez que la niña rozaba una de ellas, pequeños destellos dorados comenzaban a recorrer sus tallos. Continuó haciéndolo cada mañana, sin interrupción, hasta que un día el precioso arbusto ofreció otra vez una flor tan amarilla que encandilaba. Rebosante de alegría, la niña corrió a contarles a todos que al fin su amigo comenzaba a regalar flores otra vez.
Emocionados, grandes y chicos se sumaron al cuidado del Señor Arbusto. Y así fue que, a pesar de que los brujos decían que no se salvaría, gracias al amor, este volvió a llenarse de centelleantes brotes y de hojas verde esperanza.
Hoy, los niños de la aldea siguen jugando entre flores amarillas tarde a tarde.
Pájaros en la boca y otros cuentos, de Samanta Schweblin
Se trata del segundo libro de cuentos de la escritora argentina, que publicó por primera vez en el 2009 con quince relatos que luego amplió. Esta compilación, del 2017, incluye veinte ya publicados en ediciones anteriores e internacionales, además de dos cuentos inéditos.
Las historias que componen este libro, sin relación entre sí, nadan entre lo real y lo fantástico y todas se las ingenian para fascinar o descolocar al lector. Partiendo de un universo conocido, en el que cualquiera podría sentirse identificado —como dos hombres que paran a tomar algo en la ruta o una persona que decide descansar en la playa—, los relatos terminan dando un giro inesperado, con un final generalmente abierto, latente, para que el lector le imprima su significado.
Con un estilo sobrio pero elocuente, Schweblin en estos cuentos cortos toca temas como la paternidad y la maternidad, la vejez, los nacimientos, la muerte y la esencia humana. Algunos pueden resultar más fuertes que otros, pero ninguno pasa desapercibido. Un libro que marca al lector y lo lleva a la reflexión.
Sobre Samanta Schweblin
Escritora argentina (Buenos Aires, 1978), traducida a más de veinticinco lenguas y becada por distintas instituciones. Vivió brevemente en México, Italia, China y Alemania, y desde el 2012 reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios.
En el 2001 ganó el primer premio del Fondo Nacional de las Artes por su libro de cuentos El núcleo del disturbio (2002), y su relato «Hacia la alegre civilización de la capital» obtuvo el del Concurso Nacional Haroldo Conti. Su segundo libro de cuentos, Pájaros en la boca (2009), obtuvo el Casa de las Américas 2008. Dos años más tarde fue elegida por la revista británica Granta como una de los veintidós mejores escritores en español menores de 35 años. Se convirtió en la primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado de Shirley Jackson (una de sus autoras preferidas) e integró la lista de finalistas del Man Booker Price International. Ambas distinciones fueron por la novela corta Distancia de rescate (2014).
Vivir entre libros
Entrevistamos a Nurit Kasztelan, fundadora de Librería Mi Casa, una propuesta diferente para descubrir «rarezas» literarias.

«(La literatura) es un lugar en el mundo, una forma de mirar y entender el mundo».
Nurit Kasztelan
Entre audio y audio, pudimos conocer un poquito más a esta apasionada de los libros, licenciada en Economía y Letras, quien un día comenzó un emprendimiento diferente y enriquecedor.
Creada hace muchos años, la idea de Mi Casa Librería Atípica surgió casi por casualidad, buscando libros difíciles de conseguir para ella misma y sus amistades, y deseando un cambio en su día a día. Nurit quería leer y tener sus horarios, por eso colgó su trabajo como economista y decidió comenzar a vender en su propio espacio las obras que no se encontraban en todos lados. «Primero vino el deseo y después surgió la forma», explica y agrega: “Me interesa tener libros más raros y difíciles de conseguir. No tiene sentido tener los mismos libros que hay en otros lados, en la calle. Está bueno que la gente sepa que acá va a encontrar joyitas, más que nada rarezas”.
Para obtener y ofrecer este tipo de libros, Nurit revela que ha hecho un gran trabajo de rastreo y, antes de la pandemia, traía de otros países, como México y Estados Unidos. “Ahora viajar está difícil, pero todavía sigo teniendo algunas rarezas”.
Sos Licenciada en Economía, pero también estudiaste Letras, ¿cómo fue el salto de una disciplina a la otra? ¿Qué te llevó a hacerlo?
Estudié Economía por las matemáticas; me gustaban mucho los números y esa disciplina. Pero siempre leí un montón, desde chica. De hecho, en un momento de la carrera, cuando estaba en tercer año, hice las dos a la vez (había empezado el CBC de Letras), y era imposible. Así que abandoné la idea….
Después, cuando me recibí de economista, me puse a hacer la carrera de letras… No sé, nunca las vi como incompatibles, o siempre en mí se compatibilizaron esas dos personas que les gustaban esas dos cosas distintas: los números y los libros.
Lo que por ahí me pasaba era que, cuando era chica, no entendía tanto lo que era la Teoría literaria, me gustaba más leer… Pero después me fascinó, cuando lo hice por segunda vez; o sea, no solo la lectura sino también todo lo que implica una carrera como letras.
Mi relación con los libros es absolutamente pasional… y caprichosa: soy una persona que si no le gusta un libro, lo deja por la mitad, no lo termina”.
¿Cómo fue tu experiencia de lectura durante tu infancia?
Siempre fui lectora. Mis papás se burlaban: uno, porque me leía todo tan rápido que tenían que comprarme más libros; y dos, se acordaban que en los viajes, si había un segundo libre —estaba esperando el avión o un micro— agarraba un libro y leía. Estaba todo el tiempo leyendo.
De chica me gustaba mucho Roald Dahl, René Goscinny y Ana María Shua. Leía mucha literatura infantil, siempre leí un montón, no es que vino de grande. Y por suerte, mi casa era una casa con libros.
¿Cómo es tu relación con los libros hoy y cómo describirías la experiencia de lectura?
Mi relación con los libros es absolutamente pasional… y caprichosa: soy una persona que si no le gusta un libro, lo deja por la mitad, no lo termina, no cree que hay que leer todo lo que está de moda, sino lo que a una lo interpela de algún modo. Siempre leí mucho y leo muy salteado. Ahora en la cuarentena, cada vez más y muchos géneros a la vez: una novela, un libro de poesía, un ensayo, un libro de entrevistas, otro libro en inglés, o sea, leo como popurrí, salteado. A veces lo termino, a veces no. Pero siempre estoy leyendo y con un libro en la mano.
¿Qué cambios considerás que produjo la pandemia en cuanto a la práctica de la lectura?

Yo creo que la pandemia modificó bastante la práctica de la lectura, porque al no existir otros consumos culturales —porque no se podía ir al cine, al teatro, y tampoco tener tantas reuniones sociales—, la gente tenía mucho más tiempo que antes y ese tiempo libre lo usaba para leer. Yo creo que a la gente que leyó mucho siempre no le modificó tanto, pero a quienes tenían muchas horas de trabajo les modificó un montón. Sobre todo porque incluso había personas que tenían sueldos pagos pero tiempo libre, porque no tenían que trabajar. Igual eso fue temporario, porque en la medida en que la gente vuelva a trabajar a un ritmo normal, etc., no tendrá tanto tiempo para leer. Por eso en toda la primera parte estuvo el boom de las librerías y ahora las cosas se acomodaron: la gente no está todo el tiempo leyendo como al principio, ahora que se puede volver a salir y ver gente.
Amante de la poesía desde niña, Nurit publicó varios libros de poemas —Movimientos Incorpóreos (Huesos de Jibia, 2007), Teoremas (la Propia Cartonera, Montevideo, 2010) y Lógica de los accidentes (Vox, 2013, LIliputienses, España, 2014, 2015), O amor era um jogo instável (Nosotros, Brasil, 2018) y Después (Caleta Olivia, 2018, Liliputienses, España, 2019) — y el libro de artista Soy lo que leo (Simetría Doméstica, 2019). Además, co-dirige la editorial Excursiones y fue traducida al inglés (su libro Awaiting major events saldrá este año por Cardbourdhouse Press) y al portugués.
Actualmente, está incursionando por primera vez en la narrativa, escribiendo una novela, sin dejar la poesía de lado. Sobre esta nueva obra, detalla: “Se llama Tanto y es una especie de nouvelle de una mujer que se va a vivir al campo y contempla el paisaje. Tiene mucha reescritura de libros de naturalistas y es lo que le pasa a ella en ese entorno natural y cómo contrasta con los recuerdos de la ciudad”.
¿Qué significa para vos el arte en general y la literatura en particular?
Para mí la literatura es un sistema que tiene sus reglas de legitimación, que son un montón: los propios escritores, la Academia, los lectores… es muy difícil de explicarlo con palabras, creo que uno en toda la carrera tratando de entender qué es la literatura y nunca lo entiende. Hay un texto de Deleuze que se llama La literatura y la vida, que es hermoso y que habla de eso. Y en algún punto para mí está relacionado con la vida. Alejándome de la Academia y de todas esas cosas más formales, yo pienso que a mí la literatura me salvó, me dio como un timón, una vela, y creo que a mucha gente le pasa eso… es un lugar en el mundo, una forma de mirar y entender el mundo. Y el arte también creo que es un poco eso.
¿Cuál es tu libro favorito?
No sé si tengo un libro favorito y un escritor favorito. Medio que eso va cambiando. Sí me gusta mucho, por ejemplo, Enrique Lihn, un poeta chileno, y de todos sus libros, te puedo mencionar La pieza oscura. Es un libro hermoso.
¿Considerás que el libro en papel y el digital seguirán coexistiendo en el futuro?
Yo creo que, en la medida que las editoriales hagan cada vez más lindas ediciones, sí, van a seguir coexistiendo. Es verdad que cada vez es más accesible el ebook, antes no tanto, y más gente se lo puede comprar. Pero acá todavía somos medio fetichistas y la realidad es que es mucho más cómodo leer en papel que leer en digital. Así que para mí van a seguir coexistiendo, por ahora al menos.
Nurit también nos cuenta que realiza un trabajo de curaduría con respecto a los libros que recibe y ofrece en su librería, dado que no tiene suficiente espacio para tanta cantidad de obras. De esta manera, trabaja con las editoriales y distribuidoras y no recibe libros directamente de los autores. “Sí me pasa que, a veces, si hay un autor muy conocido, como por ejemplo, Alicia Genovese (que tenía todos sus libros publicados en editoriales), antes de sacar la obra reunida en Gog & Magog, yo le había pedido que me traiga por separado así se los vendíamos. Pero yo los busco y son casos muy excepcionales”.
Para conocer las rarezas que ofrece esta librería atípica y el bello espacio en el que albergan, solo hay que enviar un mail a micasalibreria@gmail.com, escribir al instagram o por Facebook, concertar una visita y ¡listo! A su vez, se encuentra todo el catálogo en la web, desde donde se puede elegir el libro y recibirlo en casa.Además de la venta de libros, en Mi Casa Librería Atípica, Nurit dicta talleres de escritura de poesía y en ocasiones también de narrativa. Pueden ser teóricos de una sola clase o individuales con alumnos. Años anteriores también se han llevado adelante talleres “Poesía y botánica”, y de “El sonido en el poema “—ambos dictados por especialistas—, y este año realizará por Zoom un taller de naturalistas, con una mexicana experta en el tema.
¡No tienes excusa para disfrutar de la literatura!
En los siguientes enlaces, podréis acceder a más entrevistas que he realizado:
- «El teatro es un amante exigente»
- «El arte es aquello que te conmueve, la conmoción es una emoción que genera movimiento”
- Victoria Baraga: el arte como un juego
- «El teatro para mí es un refugio»
- Retazos de canciones dibujadas
El street style de la nueva temporada
¿Te gusta destacarte y que te miren? Este otoño-invierno 2018-19 es tu aliado, puesto que se imponen los colores neón y los estampados como el animal print, los cuadros y el típico de los foulards.
La ropa que eliges para ponerte no es simplemente un retazo de tela que colocas sobre tu cuerpo. Sea que sigas las últimas tendencias o las rechaces, tu manera de vestir te identifica y es tu carta de presentación. Aquí te presentamos las tendencias de las pasarelas para esta nueva temporada otoño-invierno. Comenzaremos destacando que lo que hará furor son los colores neón, con el naranja a la cabeza, combinándolo con los rojos, fucsias y ocres. Tampoco pueden faltar el azul, el chocolate y el clásico borgoña, utilizados en vestidos túnica o con faldas plisadas de largo midi. Estos se acompañarán con botas estilo cowboy, pendientes XXL y cinturones de inspiración industrial, que adornan las cinturas incluso sobre blazers, trenchs y más. En cuanto a los estampados, regresa con furia el animal print, a la vez que arrasan el patrón anglosajón —Príncipe de Gales, tartán y houndstood— y el típico de los pañuelos, introducidos tanto en vestidos y faldas como en abrigos. Asimismo, esta temporada mira hacia atrás, incorporando los pantalones rectos y de tiro alto de los 90; y las hombreras, capas y mix que mezclan lo formal con lo casual de los 80. Para atravesar el frío, se impone el layering, o arte de las capas, los sweaters súper cozy y la balaclava o pasamontañas. A estos se le suman los cuellos altos y ceñidos, y continúan los trajes sastre, ahora amplios y de tweed o lanas muy gruesas. ¡Prepárate para atraer las miradas durante los gélidos meses que se vienen!
Nota que realicé para una revista española (con la cantidad de caracteres pedida).
En los siguientes enlaces podéis acceder a más artículos que he escrito para Frontal Revista, Rincón de Palabras:
- Lectura, ideas y pensamientos
- ¿Cultura de la cancelación?
- Lectura a mano para pasar tiempos muertos
- ¿Cómo hablamos en la era digital?
- ¿Sabías que existe una palabra en español que no se puede escribir, pero sí pronunciar?
- Modificaciones del cerebro cuando lees
- Enseñar a leer y hablar a las máquinas
- Cuando los libros tapizaron las una calle de Toronto
- “Cada islandés lleva un libro en el estómago”
- Niño con trastorno autista publica sus cuentos
- Buenos Aires: la ciudad del libro
Tertulias literarias
Las tertulias proponen un espacio acogedor para leer en compañía, siguiendo un cronograma organizado.
La modalidad de trabajo se basa en la lectura, análisis y debate de los textos elegidos. Comenzamos con la lectura en voz alta (cada uno lee un fragmento) y luego los vamos guiando en el análisis (género, recursos literarios, tipos de narradores, lenguaje, contexto, etc.) para promover debate.
En las tertulias brindamos herramientas de lectura que permiten elaborar ideas propias a partir del acercamiento a cada uno de los cuentos. El objetivo, ante todo, es disfrutar de los textos seleccionados y otorgar elementos que les permitan a los tertulianos/as surcar el universo literario del autor con mayor facilidad y el enriquecimiento personal a partir del debate colectivo.
De esta manera, no solo los tertulianos experimentan los beneficios de la lectura, sino que además comparten un agradable momento con otros amantes de los libros.
Algunas de las lecturas fueron (la selección se llevó a cabo por grupos de textos, teniendo en cuento un hilo conductor entre ellas):
- “La mudanza”, de Elena Garro.
- “El candelabro de plata”, de Abelardo Castillo.
- “La última visita del caballero enfermo”, de Giovanni Papini.
- “Las ruinas circulares”, de J. L. Borges.
- “Sueña Alonso Quijano” +”Historia de los dos que soñaron”, de J. L. Borges.
- “El soñado”, de Juan José Arreola.
- “Hoy y la alegría”, M. Benedetti.
- “Ojos de perro azul”, de G. Márquez.
- “El incidente del Puente del Búho”, Ambrose Bierce.
- “El médico rural”, de F. Kafka.
- “Poquita cosa”, de A. Chejov.
- “El secreto”, Selva Almada.
- “El hombre sirena”, de S. Schweblin.
- “Continuidad de los Parques”, de J. Cortázar.
Duración de cada encuentro: una hora/una hora y media.
Rincón de Palabras al Viento

Este taller de escritura creativa para adultos es un espacio de experimentación, donde exploramos imagen y palabra, a través de diferentes estrategias para estimular la creatividad. El objetivo es encontrar las preguntas singulares que surgen en cada historia y que nos van guiando en su construcción. Está dirigido a personas con la inquietud de crear cualquier tipo de relato: libro-álbum, cuento, historieta, guion, poema, foto-historia, etc.
Se trata de un espacio acogedor en donde cada tallerista se sumerge en el mundo de la literatura, desarrolla la creatividad y se despeja de las obligaciones diarias.
La dinámica de trabajo es la siguiente: en primer lugar, cada uno lee el texto que escribió a partir del disparador entregado. Lo charlamos entre todos, al tiempo que les damos una devolución exhaustiva sobre lo escrito. La idea es que vayan puliendo la escritura y aprendiendo diferentes recursos, sin alterar su estilo personal. Por último, analizamos y debatimos la obra literaria elegida para ese encuentro.
Así, los talleristas disfrutan de un agradable momento en compañía de otros amantes de la literatura, obteniendo todos los beneficios que la lectura y la escritura creativa proveen.
Algunas de las lecturas fueron:
- “Las noches de Goliadkin”, de H. Bustos Domecq.
- “Las peras del mal”, de Liliana Heker.
- “El destierro de la angelita”, de M. Enríquez.
- “Una salita cerca de la calle Edgware”, de Graham Greene.
- “Nota al pie”, de R. Walsh.
- “Diles que no me maten”, de J. Rulfo.
- “La aventura de un automovilista”, de Ítalo Calvino.
- “La obra de arte”, de A. Chejov.
- “Muero contento”, de Martín Kohan.
- “La densidad de las palabras”, de Luisa Valenzuela.
- “La loca y el relato del crimen”, de R. Piglia.
Duración de cada encuentro: una hora y media/dos horas.
Taller literario infantil y juvenil
El taller ofrece un espacio acogedor para que los chicos adquieran el hábito de la lectura y desarrollen la creatividad a partir de la escritura, lo que les brinda amplios beneficios en esa etapa de formación. Un lugar para compartir y disfrutar, explorando las palabras a través de diferentes estrategias y juegos.
No solo descubrirán un mundo nuevo, el literario, sino también se divertirán con otros de una manera diferente.
Arte, música, dibujos, misterios, fantasía, la magia de los libros y mucho más.
No requiere de ningún conocimiento previo, simplemente ganas de divertirse con una actividad diferente.
La dinámica es la siguiente: cada uno de los participantes lee un fragmento del relato elegido para la ocasión. Finalizada la lectura, charlamos sobre lo leído entre todos: personajes, situación, conflicto, etc. Luego —utilizando marcadores, plastilina, cartulina y todo tipo de materiales—, realizamos alguna actividad creativa, de acuerdo a las edades de los niños: escritura de final alternativo, collage sobre la historia, dibujo representativo de lo leído, creación de alguno de los personajes con plastilina, etc.
Algunas lecturas:
- Selección de Cuentopos de Gulubu, de M. E. Walsh.
- Selección de ¡Socorro!, de E. Bornemann.
- “El gigante egoísta”, de O. Wilde.
- Selección de “Cuentos de la selva”, de H. Quiroga
- Adaptaciones para niños de obras clásicas.
- La magia de los libros, de A. Cohen.
- Mitos y leyendas adaptadas.
Duración de cada encuentro: una hora/una hora y media.
Con la finalidad de fomentar interesantes y enriquecedores debates literarios y transcurrir una tarde diferente, llevamos adelante diferentes tipos de eventos de lectura para grandes y chicos. Entre ellos están:
- Letras y vinos: un after de libros para degustar buenas lecturas y sabores a la hora del aperitivo. Libros + sorteo de libros + juegos literarios.
- Meriendas literarias: rodeados de libros, disfrutamos de enriquecedoras lecturas mientras deleitamos diferentes delicias. Entre risas y aroma a café, desmenuzamos y debatimos sobre las obras de diversos escritores.
- Evento de lectura y arte: un encuentro para niños y niñas en el que se fusiona la lectura de cuentos, la música y el arte. Diversión de la mano de grandes artistas.
¡Una manera diferente de disfrutar de la literatura!
Ver más contenido de nuestros eventos.

Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba (…).
Julio Cortázar
La frase más arriba es un fragmento de uno de mis cuentos preferidos: «Continuidad de los parques», de Julio Cortázar. Lo elegí para encabezar esta sección porque creo que describe de forma maravillosa lo que experimenta una persona durante la lectura. Más allá del significado profundo de esta frase (y del relato completo), creo que todos los amantes de los libros nos sentimos así en algún momento de nuestras vidas.
También lo elegí porque es uno de los culpables de mi adicción a los libros. Digo «es» porque Julio Cortázar, como todos los grandes escritores, sigue vivo entre sus líneas, en sus historias, en sus libros… Su talento lo hizo inmortal. Gracias a él y tantos otros (que me sería casi imposible nombrar aquí), me sumergí en el mundo de las letras para ya no salir.
Desde pequeña estuve rodeada de libros y pronto me transformé en una lectora incansable. Siempre tengo más de un libro empezado y no hay un día que no lea, por lo menos, unas cuantas líneas. También desde pequeña comencé a recrear historias (muchas de ellas las plasmé en hojas ya olvidadas). Luego, la vida, cual remolino, giró y giró, por lo que me desorienté y tomé otros caminos. Aunque siempre acompañada por un libro, no fue hasta unos años después que di el salto. Ahora borroneo historias aquí o allá bajo el seudónimo de L. R. Maristella. Este, igual que la literatura, significa algo especial para mí: brotó de un juego entre mi nombre y el de personas muy queridas.
Hoy las letras y los libros son la base de mi vida. Encontré mi vocación en ellos y en la enseñanza. Aunque el viento sople en contra, seguiré firme en mi camino…
L. R. Maristella




Náufragos urbanos
Es el primer libro de cuentos que publiqué, por medio de Tahiel Ediciones. Se puede adquirir en formato digital y papel en nuestra tienda.
¿Qué pasaría si el subterráneo no se detuviera en las estaciones? ¿Qué harías si tenebrosos gruñidos emanaran de las paredes de tu escuela? ¿Y si un día descubres que la tecnología ha colapsado en todo el mundo? Esta apasionante recopilación de cuentos narra estos y otros acontecimientos impregnados de codicia, decepciones y fracasos, pero también de amor, ilusiones y deseo de libertad. ¿Lograrán los personajes mantenerse a flote en este embravecido océano que es la urbana sociedad contemporánea?
Descubrí las historias que, agazapadas, descansan entre sus líneas.
Reseñas de Náufragos urbanos


Un honor haber sido invitada por El Tercer ojo y ser entrevistada por Eduardo Favier Dubois, Oscar Cesaretti, Osvaldo Juan di Tullio y Augusto Weigel Muñoz.
El tercer ojo es «un espacio radial que brinda una mirada alternativa, positiva y no adversarial sobre la vida cotidiana, la sociedad y el universo, indagando el alma humana». Todos los miércoles a las 19, por Eco Medios AM 1220.
Déjà vu
Abrió los ojos. Solo podía ver un techo muy bajo de losa y cuatro paredes deprimentes que lo acosaban de cerca, quitándole la respiración. Intentó entender qué estaba sucediendo, pero solo tenía una certeza: ya había vivido ese momento. Quizá solo fuera un sueño recurrente, como esos que aparecen cada tanto para ser luego desterrados de la conciencia.
De pronto, un rasguño en la madera, como si algo estuviera royendo una superficie, le hizo saber, nuevamente, por qué reprimía esa realidad y volvía al mundo onírico cada vez, como un pertinaz déjà vu.
Este microrrelato fue ganador en el Certamen de Microcuentos I de la Editorial Dunken para formar parte de la antología Relatos ínfimos.

Mi escuela
Como todos los días, camino hacia el aula con los cabellos despeinados, el andar pesado y los ojos legañosos y empequeñecidos. Nunca me gustó madrugar. Me siento en el fondo y espero la llegada del primer profesor. Me entretengo mirando las luces del techo, que de súbito comienzan a titilar…
A lo lejos escucho que alguien se queja de que otra vez fallan los focos de luz. Algunas cabezas se aproximan para murmurar. Sé que están hablando de mí, pero no me importa. Incluso me agrada que me teman, hace que mis travesuras sean más divertidas. Desde aquella fatídica mañana de 1920, es mi única diversión…

Angustia agazapada
Miró de reojo;
no me atrevo a hacerlo de frente.
Sé que está ahí, a la espera…
La angustia agazapada,
que espía…
que acecha…
Trata de disimularse en mi sombra
pero yo sé…
Esa nube negra aguarda
el momento adecuado
para saltar encima de mi cuerpo
y sofocarme con sus garras impiadosas
Quizá si me sacudo lo suficiente,
se disipe…
Aún no lo logré…

Desamparo
Con el alma resquebrajada
vago por las calles olvidadas de esta gran ciudad.
La paz se me escapa entre los dedos, sucumbiendo al incansable acecho de la angustia y el temor.
Mis ojos se desplazan de un lado a otro en su infructuosa búsqueda.
Palabras desamparadas,
deseosas de su regreso, pronunciadas incansablemente.
Lágrimas furtivas, desobedientes, arrojándose al vacío. ¿Qué hacer? ¿Cómo recuperarla?
Incertidumbre, temor, dolor, angustia, ansiedad…
Deseo de borrar estos sentimientos.
¡Cómo quisiera simplemente hacerlos desaparecer del lienzo de mi alma, como una goma borra una escritura fallida de un papel!
La rudeza de la vida azota impiadosamente una y otra vez, como las olas del mar te empujan hacia abajo y hacia dentro una, dos, tres veces… impidiéndote respirar.
¿Cuánto más podré tolerarlo?
Mi única salvación es que no te vayas.