Se trata de Alpujarra de la Sierra, localidad integrada por Mecina Bombarón, Yegen, El Golco y Montenegro, que ha decidido transformarse en un paraíso para los amantes de la lectura. Para ello, ha tematizado sus calles, plazas y mobiliario público con escuelas literarias, autores y obras.
Una cabina telefónica que puede ser el recodo de una biblioteca, una plaza llama a los autores de Bloomsbury y Virginia Wolf responde con brío al canto. Aquí se puede beber de fuentes-libro y nunca se apagará la sed si es de historias. Para tomar ‘la fresca’ en las noches de verano se cambian los aburridos bancos convencionales por un gran libro decorado por artistas urbanos. Los mismos que dan vida ‘y obra’ a distintas paredes de este pueblo que quiere tener páginas en lugar de calles.
En este lugar todo está rodeado por libros: las calles son novelas, las macetas versos, y esculturas de personajes reinan en las plazas: así es la iniciativa turística de Alpujarra de la Sierra. Definitivamente, se trata de un lugar que ningún lector puede perderse.
Un envite de tomo y lomo que está transformando el pueblo y, como todo lo que toca el arte, también lo está embelleciendo. El proyecto, que fue presentado el pasado enero en Fitur ya tiene la forma definida: los colores de sus paredes llevan naufragios emocionales en las novelas de caballería, el Principito mira curioso desde su asteroide, B612, en una de las plazas, libros cuelgan de los árboles, macetas pintadas de novelas eternas como El médico y otras que lanzan versos e invitan a soñar con un conciso «Búscame… en el libro que aún no has leído. En ocultas aventuras de sueños perdidos». Y, si eliges bien tu camino, puedes llegar a la Ciudad Esmeralda, al Castillo de la Bruja o seguir el camino de baldosas amarillas de OZ.
Mary Poppins, Cervantes y la Cenicienta, de ruta por su pueblo
La carne y el hueso también están presentes en El Pueblo Libro. Otro de los atractivos de Alpujarra de la Sierra llega con un encuentro inesperado, quizás al pasar frente a la farmacia o al doblar una esquina, los paseantes pueden darse de bruces con la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas (esta no corta la cabeza) o con Cervantes y su Alonso Quijano blandiendo su lanza. Estos personajes y sus compañeros de historia salen de la tinta para dar vida a las rutas literarias de la localidad.
Cuando la literatura sacude el polvo al turismo
Es complicado definir qué es el turismo de calidad. Ahora que está en casi todas las bocas, en la Alpujarra se acercan a la acepción más sana del término. Atraer al turismo a través de la cultura ha sido la elección de un pueblo que tiene un gran arraigo con las letras. Alpujarra de la Sierra tiene un vecino ilustre que jamás dejará sus calles, Gerald Brenan. El hispanista escribió sobre el suelo de Yegen su Al Sur de Granada y, con esta obra, inició un camino de ida y vuelta perpetuo entre su mirada extranjera y la de los vecinos de la Alpujarra.
También ‘reside’ allí Pío Navarro Alcalá-Zamora. El pasado 2019, Pilar Pinagua, viuda de Pío Navarro Alcalá-Zamora, nieto del presidente de la República Española entre los años 1931 y 1936, Niceto Alcalá-Zamora y Torres, donó la biblioteca personal de su difunto marido, compuesta por 8.000 volúmenes (algunos con más de cuatro siglos de historia) a la biblioteca municipal de Alpujarra de la Sierra. Desde el pasado mes de agosto, Pío Navarro Alcalá-Zamora tiene su propia fuente-libro en Mecina Bombarón, población que llevó a sus obras.
Según el Ayuntamiento, cuando concluya la remodelación integral de la Biblioteca Municipal Don Pío Navarro Alcalá-Zamora, va a promover la creación de un club de lectura, con base de operaciones en la misma biblioteca.
Junto a estas iniciativas, el Ayuntamiento pondrá en marcha el autobús del Pueblo Libro, que irá recorriendo todos los pueblos de La Alpujarra, tanto granadina como almeriense, llevando fundamentalmente una exposición bibliográfica de la amplia producción literaria realizada en la comarca, de la mano de la Asociación de Escritores por La Alpujarra.