Un estudio reveló que el cerebro humano es cautivado inconscientemente por la calidad musical de este género literario antes incluso de entenderlo. (Cita de la imagen destacada de Gustavo Adolfo Bécquer)
Es bien sabido que los poemas poseen una belleza muy especial, que viene particularmente de la musicalidad de sus versos. Sin embargo, ahora existe un respaldo científico de esto. El psicólogo Gillaume Thierry, de la Universidad de Bangor en el Reino Unido, llevó a cabo un estudio, publicado en el diario Frontiers in Psychology, que registró las respuestas electrofisiológicas cerebrales de un grupo de sujetos cuando estos fueron expuestos aleatoriamente a una forma poética tradicional galesa conocida como Cynghanedd. Todos ellos eran hablantes nativos del galés que no tenían conocimiento de dicha poesía.
Las personas que participaron de esta investigación debían determinar si ciertas oraciones eran aceptables o no en términos auditivos. La gran mayoría eligió las que cumplían con las reglas del género poético. De esta manera, se descubrió que los cerebros de los involucrados detectaban cuando ciertas repeticiones de consonantes o vocales en el poema debían estar ahí o no, es decir, anticipaban lo que seguía de manera inconsciente, como si las reglas poéticas fueron parte de un inconsciente arquetípico (todo esto segundos antes de entender lo que las palabras del poema significaban).
“La poesía es un tipo particular de expresión literaria que transmite sentimientos, pensamientos e ideas, acentuando las restricciones métricas, la rima y la aliteración”, explica Thierry, y esto refleja que el sonido, por sí mismo, es portador de un significado implícito.
El estudio recuerda la magia inexplicable que tiene la poesía y, a su vez, demuestra que el cerebro humano puede ser estimulado, aunque la fuente del estímulo sea desconocida.