Seguramente estás pensando «eso es imposible», pero en esta nota te demostraremos que esto sucede y por qué.
Ya sabemos que la lengua es un organismo vivo, que cambia y evoluciona con el tiempo. El español, por ejemplo, es una lengua derivada del latín vulgar, que a lo largo de muchos años fue diversificándose hasta tener las características actuales.
Sin embargo, no necesitamos remontarnos tan atrás en el tiempo para observar y comprobar las modificaciones que se producen en una lengua; es suficiente con escuchar a las nuevas generaciones para reconocerlas. A su vez, la globalización y la tecnología aceleraron este proceso (más lento en otras épocas históricas) y tienen un papel preponderante en este fenómeno. Por ejemplo, hoy es natural que los hispanoparlantes —por lo menos, la mayoría de ellos— digan «googlear o guglear», mensajear», «selfie«, «tuiteo», entre muchas otras palabras creadas ante la necesidad de economizar el esfuerzo. Lo que se llama «economía lingüística».
Como estas modificaciones de la lengua se producen por la acción de los propios hablantes —las academias, en este sentido, siempre van por detrás, aceptando o no dichas modificaciones—, no es una cuestión menor el hecho de que el español sea hablado por casi 600 millones de personas en el mundo y esté extendido en grandes zonas geográficas (en otro artículo hablaremos de las variedades lingüísticas y los lectos).
Palabra carente de escritura correcta en español
Sí, es una de las mayores curiosidades de nuestro idioma y se trata del imperativo del verbo «salir» + el pronombre enclítico «le». Esto daría como resultado «salle», que tendría que pronunciarse /sá.lle/ o con yeísmo: /sá.ye/. Como esto sería muy confuso, es común usar un guion intercalado: «sal-le». No obstante, en la Ortografía del 2010 las academias de la lengua determinaron que no era válido utilizar el guion. Las razones por las que denegaron su escritura son la invalidez del guion y que si se escribiera todo junto —»salle»—, se referiría a algo diferente.
Y así es que se convirtió en la palabra que se puede pronunciar pero no escribir. Lo que algunos critican es que la Real Academia Española no haya propuesto alguna alternativa válida.
La palabra que se puede decir, pero que no es posible escribir, según las actuales normas ortográficas: https://t.co/FJPvSjZsMY #Wikilengua pic.twitter.com/iGkiAqWKYS
— FundéuRAE (@Fundeu) April 5, 2019
Algunas opciones propuestas…
Ciertos portales de internet ofrecieron algunas alternativas, pero no fueron aceptadas por la Real Academia Española. Estas son el uso de un punto medio (sal.le), una barra vertical (sal|le), una coma (sal,le), un signo de + (sal+le) o la conservación del propio guion.
Era esperable que estas propuestas no fueran avaladas por la RAE. Veremos más adelante si se resuelve esta cuestión, mientras tanto el español posee esta gran curiosidad.