Reseñas teatrales

Campo y ciudad: finalmente amor 

“Enamorarse es hablar corto y enredado”, de Leandro Airaldo

Tras la eterna oposición entre campo y ciudad —tan trabajada en la literatura de nuestro país y enfundada en la dicotomía civilización y barbarie, que nos persigue desde tiempos decimonónicos—, aparece una obra que amiga estos dos conceptos o, para decirlo con más propiedad, los enamora.
Ana y Pedro se conocen un día en una plaza. Ella es una señorita de ciudad; él, un señor de campo. Ambos se sientan en el mismo banco, junto a un deshojado árbol, y, poco a poco, mate a mate, la magia se va haciendo presente y la soledad se va desvaneciendo.
Con una austera escenografía y sonidos que acompañan el significado de cada momento, esta tierna y divertida historia envuelve al público entre frases, giros, malentendidos y lo no dicho. Esto es expresado excepcionalmente por los únicos dos actores (Soledad Piacenza y Emiliano Díaz) mediante gestos, muecas y posturas, que dicen tanto o más que las palabras.
En una época en la que muchos banalizan el afecto y predomina la individualidad, “Enamorarse es hablar corto y enredado” demuestra cómo desde lo simple y la autenticidad se puede llegar al amor.

Ficha técnica

Dramaturgia: Leandro Airaldo
Actúan: Emiliano Díaz, Soledad Piacenza
Vestuario: Alicia Macchi
Escenografía: Miguel Nigro
Iluminación: Luciana Giacobbe
Realización de escenografía: Manuel Escudero
Música: Silvia Vives
Sonido: Silvia Vives
Diseño: Nadia Estebanez, Verónica López
Asistencia de dirección: Nadia Estebanez
Producción: Nadia Estebanez
Dirección: Leandro Airaldo

Dolor, soledad y destino en “Misterio del ramo de rosas”

Frontal asistió a la obra escrita por Manuel Puig y puesta en escena por la compañía teatral De Carencia Virtú. Sábados a las 19.30 en Espacio IFT.

Con una escenografía acorde a la época de la obra, el espectador es arrastrado a través de las historias de dos mujeres reunidas en una habitación de un sanatorio y unidas por el dolor y la soledad. Delia, la enfermera que padece problemas económicos y acarrea desamor y frustraciones, atiende a una paciente mayor que recientemente perdió a su nieto, por lo que decidió ella misma internarse. Terca y autoritaria, esta desde el comienzo deja en claro su situación de poder sobre la enfermera privada, dada por su posición socioeconómica, aunque poco a poco algo más va tejiéndose entre ellas.
Tanto el juego de luces como los cambios en el vestuario son sutiles pero muy elocuentes. Estos marcan los saltos entre la realidad y los sueños o ensoñaciones, que dejan al descubierto lo no dicho. Por su parte, la música aparece esporádicamente para acompañar y enfatizar el mensaje deseado.
Así, el espectador se sumerge en sueños frustrados, mecanismos de poder, humor mordaz, ilusiones escondidas, soledad, dolor y destino. Se trata de una triste y profunda historia de dos mujeres luchadoras, que roza muchos temas, como el lugar de la mujer en distintas épocas, las diferencias sociales, entre otros.
“Misterio de ramos de rosas”, de Manuel Puig, es puesta en escena exitosamente por la compañía teatral De Carencia Virtú, con la dirección de Alejandro Vizzotti y las brillantes actuaciones de Claudia Mac Auliffe y Sonia Novello, en Espacio IFT los sábados a las 19.30.

Ficha técnica
Autoría: Manuel Puig
Actúan: Claudia Mac Auliffe, Sonia Novello
Escenografía: Ariel Vaccaro
Iluminación: Mariano Dobrysz
Diseño de vestuario: Merlina Molina Castaño
Fotografía: Pablo Garber
Asesoramiento Corporal: Debora Zanolli
Musicalización: ZYPCE
Producción ejecutiva: De Carencia Virtú
Compañía: De Carencia Virtú
Dirección: Alejandro Vizzotti

Tras el horror, seguir viviendo

“Un ojo de la cara”, de Laura Mosquera, con dirección de Sandro Mlynkiewicz, le da un giro original a la temática sobre los dolorosos años 70 y las heridas insistentes luego de más de cuatro décadas. Los sábados a las 20, hasta el 27 de abril, en Almagro.

Para una gran parte de la sociedad argentina, pensar en los años 70 en el país es pensar en el horror, la censura, el miedo. También en la militancia, el compromiso, la lucha por ideales. ¿Y el amor? ¿Las relaciones de pareja? ¿Los sueños de familia? Un ojo de la cara, de Laura Mosquera, con dirección de Sandro Mlynkiewicz, recupera ese aspecto de aquellos tiempos oscuros, en particular en la historia de los y las sobrevivientes.
La obra gira entre el pasado y el presente de una mujer (Laura Mosquera, Natalia Pascale) y un varón (Rubén Cohen, Mariano Madrazo) que conviven desde hace décadas conectándose a través de espejos, sin mirarse a los ojos y cargan con una historia de militancia, que les dejó heridas.
Desde el diseño de iluminación, las excelentes actuaciones y en particular el sonido en interacción con imágenes proyectadas que ponen la piel de gallina, la obra reflexiona de una manera original sobre el alto precio (y las siempre presentes consecuencias, miserias y heridas) que pagó una generación por creer y luchar por una sociedad distinta.
Sábados a las 20, hasta el 27 de abril, en Paraje Artesón, Almagro.

Ficha técnica

Elenco: Laura Mosquera, Rubén Cohen, Natalia Pascale, Mariano Madrazo
Dramaturgia: Laura Mosquera
Diseño de escenografía: Sandro Mlynkiewicz
Diseño de iluminación: Víctor Olivera
Diseño y realización de sonidos y videos: Pablo Madrazo
Diseño de vestuario: Ricardo Saúl Acosta
Peluca: José Daniel Menossi
Diseño gráfico, fotografía y tráiler: Gabriel Vich
Diseño y realización de espejos: Gabriel Donzino
Dirección y puesta en escena: Sandro Mlynkiewicz
Prensa: Kass Press
Fotografía: Agustín Piluso

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *