Red de librerías independientes

La crearon con ayuda gubernamental para afrontar la crisis a causa del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO).

La Red de Librerías Independientes, en la que se asociaron más de 50 locales y representantes de todo el país, surgió a partir la caída en las ventas, el cierre de locales y la decisión de varias editoriales de comercializar sus títulos en forma directa.

Dentro de este contexto, salieron a la luz muchos comentarios de libreros sobre que las editoriales «rompieron los códigos» al comenzar a vender sus catálogos en forma directa en páginas web o por redes sociales, ofreciendo promociones o asociándose a Mercado Libre, como en el caso del Grupo Planeta. Ante esto las editoriales alegan que la pandemia solo aceleró un proceso que comenzó años atrás, además de acentuar la necesidad de «hacer caja» de manera urgente para pagar salarios y servicios de proveedores.

Según indica Edio Bassi, de la librería Fedro e integrante de la Ruta del Libro en el barrio de San Telmo, la creación de la Red de Librerías Independientes «va por la positiva». «Estamos dialogando con el Ministerio de Cultura de la Nación, el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires y la Cámara Argentina del Libro (CAL) para programar acciones, anticipa. «Necesitamos discutir el rol de las librerías en una nueva etapa en la industria del libro para defender la bibliodiversidad». Funcionarios del Ministerio de Cultura de la Nación y del de la ciudad de Buenos Aires, junto con legisladores nacionales y porteños, coincidieron en que las librerías deben ser consideradas espacios culturales y no solo comercios minoristas. «Ya estamos trabajando en una agenda común que incluya recursos para sobrevivir a la emergencia, con posibles subsidios, pero sobre todo un apoyo para que las librerías mantengan su importante función en un nuevo paradigma de comercialización del libro, tanto en el espacio físico como en el virtual, y el fortalecimiento de la red federal para ampliar el derecho al acceso a la lectura y al libro», agrega.

Se espera que la existencia de la Red cree mejores posibilidades para que las editoriales puedan planificar junto con las librerías estrategias de comercialización que no excluyan a ningún actor. Un ejemplo de esto es la inminente edición virtual de la Feria de Editores, del 7 al 9 de agosto, que incluirá a las librerías como puntos de venta. «Editoriales y librerías tienen intereses y problemas complementarios que no podrán ser resueltos con decisiones excluyentes ni cortoplacistas, destaca Bassi. «Es imprescindible una discusión abierta entre todos, no solo por el interés de los actores involucrados sino, y fundamentalmente, para el beneficios de los lectores».

En Buenos Aires, las librerías de las avenidas céntricas como Corrientes, que habían abierto semanas atrás, debieron cerrar por decisión del gobierno. Y las grandes cadenas, con sus locales cerrados en los centros comerciales, estuvieron entre las más perjudicadas por el ASPO.

Fuente: La Nación – Crédito foto: Ricardo Pristupluk

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