Se llama Torcello y está ubicada en la bella Italia. En este lugar tranquilo, con pocos residentes y un precioso paisaje, el escritor estadounidense disfrutó varias temporadas.
La isla más poblada de la república veneciana, hoy es un lugar tranquilo, con monumentos históricos dignos de visitar, pocos residentes y un paisaje que te transporta a tiempos pasados.

Hemingway en la isla
El autor de clásicos de la Literatura Universal —como El viejo y el mar (1952), Por quién doblan las campanas (1940), entre otros— residió por varias temporadas en Torcello en la década de 1930, con la finalidad de dedicarse a la caza, otra de sus aficiones.
A casi una hora de vaporetto de Venecia, en el extremo septentrional de la laguna y rodeada de marismas como ella misma lo es, Torcello permanece silenciosa y solo se oyen los trinos de los pájaros y los graznidos de los patos.

Un poco de historia…
Ubicada en la laguna de Venecia, Torcello llegó a tener más de 20.000 habitantes, cuando la población de tierra firme se vio obligada a refugiarse en la isla debido a las invasiones de lombardos y hunos. Conservó su hegemonía durante 1.000 años, pero un brote de malaria diezmó la población y el poder se trasladó a Venecia.
Los saqueos comenzaron a la caída del Imperio Romano y es en estos instantes en los que comienza la emigración. Tal es así que, de ser una pequeña isla, pasa a ser, durante los siglos V al IX, un centro urbano, vital, vitalista, activo y muy próspero. Ocurrió así lo que ocurre en los sitios que se van viendo cada vez más poblados, que llegan las edificaciones de iglesias, monasterios, de centros en los que dar cobertura a las diferentes facetas y necesidades de la emergente población.
Monumentos dignos de visitar
La basílica de Santa María Assunta es uno de los edificios, de clarísima inspiración bizantina, más antiguos no sólo de la isla sino de toda la laguna. Sus mosaicos (llaman especialmente la atención el del Juicio Final detrás de la entrada y el de la Virgen María en el ábside), sus trabajos en mármol y su campanario adyacente, hacen de esta antigua catedral –fundada en torno al año 640- una de las paradas y de las visitas estrella de la isla. Esta Basílica está muy próxima a la Plaza Central de la isla de Torcello.

La Iglesia de Santa Fosca es otro recomendado del lugar. En la Plaza central de Torcello, muy próxima por lo tanto a la Basílica, está esta iglesia de Santa Fosca desde el siglo XII. Visitar tanto el exterior como el interior es otro de los imprescindibles de la excursión a la isla. El templo cuenta con un campanario de planta cuadrada que se ve desde la distancia. Este sirve a los viajeros para utilizarla como única atalaya del territorio y ver prácticamente la isla entera y buena parte de las circundantes, así como los marjales y la laguna.
A su vez, no se puede dejar de ver el Trono de Atila. Que el rey de los hunos se haya sentado aquí es una cosa que, aparte de no estar clara, se cuestiona bastante. Si se sentaban en esta silla de mármol los obispos y personas relevantes de la Iglesia cuando estaban en la isla y, dice la leyenda, que si te sentás en el trono de Atila te casas en el plazo de un año.
¿Qué te parece pasar por esta isla y recorrer las calles que caminó Hemingway?