¿Cómo has interpretado la frase del título? Seguramente te ha parecido confusa. Es porque «Nadie» es el nombre del hombre que la ha inaugurado en el Barrio 31, en Buenos Aires.
Peculiar, ¿no? Pero así es el nombre del hombre que ha abierto la primera librería en el Barrio 31 de la Ciudad de Buenos Aires. Nadie Huamán Rojas tiene 56 años, es escritor y vecino de la zona desde hace 29 años, cuando llegó desde Chosica, Perú.
“Nadie me puso mi padre. Él había buscado nombres en la Biblia, pero no le gustaba ninguno. Después leyó La Ilíada y La Odisea y le gustó este. Era de Odiseo, que había encontrado una forma de burlar las trampas que le hacían. En el colegio me hacían un montón de cargadas por mi nombre. Estaba cansado: ‘Nadie se escapó, Nadie hizo esto’”, comenta el librero.
La única forma de escapar e imaginar es por medio de la lectura.
Nadie Huamán Rojas
«La librería de Nadie»
Así llamó a su local de venta de libros, que lo ha transformado en el único librero del Barrio 31. Conocido también como «Bigote», siempre ha sido un apasionado de la literatura, por lo que durante un tiempo estuvo recopilando obras que le vendían los cartoneros para luego, en el 2019, abrir el local debajo de su casa. “Fui apilando, apilando, apilando, y se llenó. Algunos los mandaba a la biblioteca, pero no sé qué pasaba ahí; hasta que decidí hacer una feria. Hice la primera hace tres años, antes de la pandemia, y pude ver, captar a las personas y qué tipo de libros buscaban”, explica.

La librería, decorada con pinturas antiguas, pieles de hurón, bicicletas para niños y un exótico muñeco de dragón rojo, ofrece más de 2.000 títulos, desde medicina, sociología y derecho, hasta cuentos de Horacio Quiroga o recetas de cocina de Doña Petrona. El valor de cada obra se mueve entre los 100 y los 200 pesos argentinos, aunque en ocasiones hace excepciones, de acuerdo a las posibilidades del cliente.
«Se llevan de todo en el barrio. Algunos buscan novelas, otros cuentos cortos, otros fábulas. Últimamente están llevando muchas historietas o libros de pocos capítulos, como El Principito. Algunos muchachos vienen a conocer sobre las leyes y sus derechos, otros llevan también de psicología. A veces pasa que están buscando obras hace tiempo y de casualidad las encuentran acá. Muchos buscan libros de autoayuda o la cosa más rápida, como Padre Rico, Padre Pobre o libros de Napoleón Hill, de éxito”, dice Nadie, quien ha publicado cuatro novelas, además de cuentos, poemas y antologías literarias. A su vez, participó cuatro veces del Encuentro Internacional de Escritores, Poetas y Artistas.
Barrio 31
Para quienes no conocen su historia, el Barrio 31 se ha llamado durante mucho tiempo «Villa 31» o «Villa Desocupación». En el habla coloquial de Argentina con la denominación «villa» se hace referencia a un asentamiento informal de viviendas precarias. Está ubicado en parte del barrio de Retiro y Recoleta, dos zonas bien cotizadas de la ciudad, y muy cerca del principal centro de trasbordo de pasajeros.
Tras la aprobación de la ley de urbanización de la Villa 31, en el 2016 comenzaron las obras de infraestructura, construcción de escuelas, centros de salud, y desde el 2020 también se encuentra allí una sede del Ministerio de Educación.
Fue recién de la mano de Nadie que se instaló la primera librería. “Cuando me puse el local algunos pensaban que estaba bien, otros me decían ‘tenés que estar loco para vender libros acá’”, recuerda. “Para mí es una forma de compartir un granito de arena a los jóvenes de los que somos mayores”.

“A veces vienen chicos a buscar historietas y los padres no quieren, prefieren comprar otras cosas. ‘Es porquería eso’, les dicen. Yo les digo que tienen que dejarlos, no hay que cortar esas etapas. Ahora todo es rápido, la gente no quiere imaginar. Pero la única forma de escapar e imaginar es por medio de la lectura”.
En el pasado, Nadie se ha dedicado a la venta de todo tipo de artículos usados que le llevaban los cartoneros, entre ellos libros. «Había muchos libros que yo no había leído y me daba pena que fueran a la fundición de papeles», cuenta.
Un gran ejemplo de un hombre trabajador que apuesta a la cultura y a lograr una sociedad mejor.
Foto destacada: Franco Fafasuli