Inéditos dibujos de Kafka salen a la luz

Estuvieron en poder del amigo del escritor checo, Max Brod, y tras un largo periplo, finalmente son publicados.

Como sucedió con sus manuscritos (ver: «Manuscritos de Kafka salieron a la luz en Israel»), recientemente los cientos de dibujos que un joven Franz Kafka realizó en vida fueron publicados tras habitar 63 años en una caja fuerte.

A pesar del pedido de Kafka de ser destruidos luego de su muerte, su amigo Max Brod no lo hizo y muchos años después, los seguidores del gran escritor checo podemos disfrutar de esta faceta poco conocida del autor.

Estas ilustraciones ven la luz recopilados en un volumen que publican siete editoriales simultáneamente. Hasta el momento, solo se conocía una publicación con sus dibujos: Había una vez un gran dibujante. Franz Kafka como artista plástico, de Niels Bokhove y Marijke van Dorst (Utrecht, 2002), que reproducía 41 de sus creaciones. Este nuevo volumen incluye aquellos 41 dibujos, editados en 2002 y 2011, más otros 110 inéditos.

Estas ilustraciones pertenecen al período que va de 1901 al 1907, en la etapa que el autor asistió a la Universidad Alemana de Praga, donde tomó clases de dibujo y era asiduo a los cursos de Historia del Arte.

Joan Tarrida, editor de Galaxia Gutenberg, con la obra. Foto: Alejandro García | EFE.

Editoriales a cargo del proyecto

Entre las editoriales que formaron parte de la edición de este libro se encuentran la española Galaxia Gutenberg —poseedora de las obras completas de Kafka en su catálogo—, la alemana C.H. Beck Verlag, Adelphi (italiana), Yale University Press (estadounidense), Cahiers Dessinés (francesa), la polaca Wydawnictwo Literackie y la holandesa Atheneum.

Para el editor Joan Tarrida, estos dibujos eran “lo último inédito” que quedaba por publicar de Kafka, que “dibujó ya desde sus tiempos en la Universidad Alemana de Praga, especialmente entre 1901 y 1907, y además con ambiciones artísticas”.

Dibujos y manuscritos viajeros

Max Brod —que admiraba todo el trabajo de Kafka e incluso lo recuperaba luego de ser descartado—, tras la invasión de Praga en 1939 por parte de los nazis, se llevó a Palestina (en un largo viaje en tren y barco) los dibujos y otros materiales del autor de La metamorfosis.

Una vez en Palestina, Brod colocó el material (que pertenecían a cuatro sobrinas de Kafka) en la biblioteca del editor y coleccionista Salman Schocken, quien publicó las Obras Completas. Por otra parte, depositó los dibujos en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv.

Más tarde, cuando en 1956 estalló la crisis del Canal de Suez, temiendo un ataque al estado de Israel o incluso su desaparición, decidió depositar los fondos en cuatro cajas fuertes de un banco de Zúrich. Allí permaneció la mayoría de ellos durante los siguientes 63 años.

En 1961, según cuenta Tarrida, las sobrinas decidieron depositar su parte en la biblioteca Bodleiana de Oxford (donde aún permanece), mientras que Brod los legó a su secretaria, Ilse Ester Hoffe. Esta se resistió a que los dibujos fueran publicados, y fue luego de su muerte que comenzó el litigio por el patrimonio que aún quedaba en su poder.

Gracias a una cláusula del testamento de Brod, en la que decía que los dibujos depositados en el banco de Zúrich debían trasladarse a la Biblioteca Nacional de Israel, en el 2019, esta ganó el contencioso y puso el material a disposición de los investigadores.

Foto: Alejandro García | EFE.

La actitud de Brod de no destruir los textos y dibujos permitió, a su vez, que se conociera la obra El proceso (1915) del autor checo, puesto que este se consideraba un mal novelista y también quería destruirla.

Expresionismo y arte japonés

De estilo expresionista, las figuras humanas de los dibujos de Kafka aparecen frágiles, enigmáticas, inquietantes, y a veces con algún rasgo animal.

Algunos dibujos «desafían la coordinación cinestésica de las partes del cuerpo»: parecen desorientados y carecen de coordinación, o de movimiento intencionado, sostiene la filósofa Judith Butler en uno de los textos que incluye el libro. Y agrega que a veces las cabezas (o los círculos que las representan) estén separadas de un cuerpo, a menudo poseedor de extremidades larguísimas.

Los dibujos de Kafka abrevan, a la vez, en el arte japonés y, en la caligrafía, aparecen trazos muy negros y anchos, según un estudio del suizo Andreas Kilcher que también incorpora el libro.

Según el editor de Galaxia Gutenber, Joan Tarrida, estas ilustraciones eran los únicos materiales sin editar hasta el momento del escritor. «Sólo quedan unos apuntes de cuando era estudiante de hebreo”. Tarida también destaca que en 2022 se dará a conocer el segundo volumen de la correspondencia de Kafka, realizada entre 1914 y 1918.

Foto destacada: Alejandro García | EFE.

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