En la actualidad, los asistentes virtuales, chatbots y muchos otros ya son parte de nuestro día a día. Pero ¿te has preguntado alguna vez quiénes están detrás de estas tecnologías? Sí, por supuesto que ingenieros y expertos en inteligencia artificial, aunque no son los únicos. También los lingüistas tienen un papel muy importante en la creación de estos productos y servicios puesto que son los encargados de enseñarles a leer, hablar y escuchar el lenguaje natural.
Lingüística computacional
«Aplicación de los métodos de la inteligencia artificial al tratamiento de cuestiones lingüísticas». Así se define la Real Academia Española a esta disciplina —aún poco conocida— a la que pertenecen estos filólogos y traductores que trabajan de la mano de los ingenieros para que estas tecnologías procesen el lenguaje natural a través de la inteligencia natural.
Estos profesionales colaboran especialmente en los aspectos del lenguaje más difíciles de reproducir en un código de programación, como la comprensión de una emoción o un contexto. Por ejemplo, lo que permite identificar la ironía, diferenciar una ofensa de una broma, etc.
“Son de vital importancia”, explica Luis Alfonso Ureña, presidente de la Sociedad Española para el Procesamiento del Lenguaje Natural. Por eso cada vez más empresas e instituciones incorporan en sus equipos de trabajo a estos profesionales.
Entre las tareas que desempeñan estos expertos en el lenguaje está el entrenamiento de los algoritmos que rigen el funcionamiento de los asistentes vocales, para que reconozcan cada vez más frases y respondan de manera adecuada a las peticiones en ellas formuladas. El diseño de chatbots o la categorización de los recursos lingüísticos es otra de las tareas llevadas a cabo por ellos. Esto es, que los ordenadores puedan detectar las partes de las que se compone un discurso —como verbos y adjetivos—, y sepan captar su estructura y sentido.
Otras labores que pueden realizar es la de trabajar con los corpora lingüísticos, conjuntos de textos explotables para sacar información estadística valiosa si se da a las máquinas las reglas para entenderlos, como “la narrativa clínica que recopilan los médicos sobre pacientes oncológicos”, explica la filóloga Carmen Torrijos, quien se desempeña como lingüista en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento.

Inserción laboral
De esta manera, el avance de las tecnologías también está abriendo un nuevo campo laboral para los egresados de las carreras de letras.
Incluso ya se están creando espacios de formación en programación para los lingüistas y así ayudarlos en su trabajo. La catedrática Amelia Sanz, coordinadora del máster oficial en Letras Digitales de la Universidad Complutense de Madrid, explica que este curso —impartido por profesores de las Facultades de Filología e Informática— sirve para que “los estudiantes se conviertan en trujamanes, los nuevos bilingües capaces de entender los lenguajes de programación y especialistas en los lenguajes naturales y en sus culturas”.
La docente asegura que la tasa de ocupación de los exalumnos del máster, lanzado en 2014, roza el 100%. “Desde luego, el área de la lingüística computacional que desarrolla agentes conversacionales (chatbots) es una de las que ofrecen más oportunidades”, sostiene. Sin embargo, las oportunidades pueden ser aún mayores en las editoriales interesadas en la conversión digital de sus productos o en empresas dedicadas a la creación y diseño de materiales para la enseñanza en línea. Otra posibilidad se da en la investigación literaria, artística e histórica, así como en museología. “Ahora todos los objetos culturales como libros o pinturas se estudian, ven y leen en pantalla: son digitales”.
Interdisciplinariedad enriquecedora
El trabajo en conjunto entre diferentes disciplinas siempre acarrea buenos resultados y promueve el crecimiento profesional de los implicados. Los lingüistas computacionales así lo destacan: “Ellos (ingenieros e informáticos) tienen una manera de pensar muy diferente a la nuestra, y eso me gusta”, dice María José García, que trabaja en la empresa Meaning Cloud y se dedica en particular “a extraer información y significado de contenidos no estructurados y relevantes para las empresas”, como conversaciones sociales, artículos, comentarios o expedientes.
Muchos de los lingüistas computacionales animan a traductores y filólogos a considerar desempeñarse en esta rama y no tenerle miedo a la programación. “Hay que quitarse un poco los complejos que tenemos muchas veces la gente de humanidades frente a la ciencia y la tecnología”, dice Torrijos.