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Libros, ideas y pensamientos

Las lecturas que llevamos a cabo todos los días pueden definir, en gran medida, el itinerario de nuestras ideas; de igual forma que las experiencias de vida moldean la personalidad, y la alimentación, el cuerpo.

La filosofía suele mostrarnos el camino de la reflexión, la duda y la crítica. La literatura nos enseña a entendernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, con lo cual también puede avivar la compasión que ya existe en nuestro interior. Las lecturas científicas expanden nuestro conocimiento del mundo que habitamos y de sus fenómenos. La poesía ilumina la existencia, en la medida en que nos descubre el mirar y vivir la vida estéticamente. Hay ensayos que nos provocan y nos desafían a pensar diferente; otros sólo desean mostrarnos algo que ignorábamos. Pero esto no es lo único, ni lo mejor, que provee esta práctica, puesto que leer también brinda placer.

«Mujer leyendo con sombrilla», por Henri Matisse (1921)

Sin embargo, en al actualidad la mayoría de las personas encuentran cada vez más difícil encontrar tiempo para dedicarle a la lectura. A pesar de que vivimos rodeados de textos escritos (mensajes de textos, correos electrónicos, etc.), la realidad es que dentro del mundo acelerado en el que vivimos, donde predomina la brevedad e inmediatez, muy pocos llevan a cabo prácticas de lectura realmente valiosa, puesto que estas implican más tiempo. Algunos creen que los contenidos de internet atrofiaron nuestra capacidad de demorarnos y disfrutar en la espera, ¿eso significa que hemos perdido para siempre la posibilidad de embarcarnos en esas travesías lectoras? Sería muy interesante el debate de este último punto.

Sólo cuando el ser humano se detiene –es decir, divaga, se aburre, deja de hacer, sueña despierto, piensa, reflexiona–, es capaz de crear, generar ideas nuevas, atreverse a hacer cosas de forma distinta. Todas las artes, la filosofía y otras obras afines son resultado de la posibilidad de detenerse y demorarse. Y la lectura no es la excepción sino más bien una de las mejores formas de practicar ese no-hacer creativo, esa pérdida de tiempo deliciosa en la que nos permitimos no sólo no hacer lo que se supone que deberíamos de estar haciendo, sino además porque a cambio elegimos ese no-hacer a través de algo que nos gusta, que quizá es inútil en términos productivos, que toma su tiempo para poder disfrutarse…

En la historia del desarrollo de las civilizaciones humanas, la cultura escrita ha sido por muchos siglos uno de los alimentos fundamentales del pensamiento, por lo que sería importante preguntarnos cómo lo alimentamos hoy en día. ¡Contame cuáles son tus lecturas diarias!

Nota que realicé para una revista española (con la cantidad de caracteres pedida):

El street style de la nueva temporada

¿Te gusta destacarte y que te miren? Este otoño-invierno 2018-19 es tu aliado, puesto que se imponen los colores neón y los estampados como el animal print, los cuadros y el típico de los foulards.

La ropa que eliges para ponerte no es simplemente un retazo de tela que colocas sobre tu cuerpo. Sea que sigas las últimas tendencias o las rechaces, tu manera de vestir te identifica y es tu carta de presentación. Aquí te presentamos las tendencias de las pasarelas para esta nueva temporada otoño-invierno. Comenzaremos destacando que lo que hará furor son los colores neón, con el naranja a la cabeza, combinándolo con los rojos, fucsias y ocres. Tampoco pueden faltar el azul, el chocolate y el clásico borgoña, utilizados en vestidos túnica o con faldas plisadas de largo midi. Estos se acompañarán con botas estilo cowboy, pendientes XXL y cinturones de inspiración industrial, que adornan las cinturas incluso sobre blazers, trenchs y más. En cuanto a los estampados, regresa con furia el animal print, a la vez que arrasan el patrón anglosajón —Príncipe de Gales, tartán y houndstood— y el típico de los pañuelos, introducidos tanto en vestidos y faldas como en abrigos. Asimismo, esta temporada mira hacia atrás, incorporando los pantalones rectos y de tiro alto de los 90; y las hombreras, capas y mix que mezclan lo formal con lo casual de los 80. Para atravesar el frío, se impone el layering, o arte de las capas, los sweaters súper cozy y la balaclava o pasamontañas. A estos se le suman los cuellos altos y ceñidos, y continúan los trajes sastre, ahora amplios y de tweed o lanas muy gruesas. ¡Prepárate para atraer las miradas durante los gélidos meses que se vienen!

 

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